La lluvia ha decidido acompañarnos hoy. Por supuesto que no ha cambiado nuestros planes. Nos quedaba por ver el trozo mas grande del muro que se conserva que esta en el quinto pino con respecto a nuestro hotel que esta en la zona del Zoo. Si nos subíamos del tirón al tren perdía gracia, así que nos fuimos a ver unos grandes almacenes que tenimos tambien por ir a ver.
Kadewe, fue de los primeros en Europa y está al nivel del Harrod’s de Paris. Lo mejor es su sexta planta, que es el supermercado. Tienen de todo, de cualquier parte del mundo y de la mayor calidad. Desayunamos en la ultima planta una tarta de fresa y otra de queso espectaculares en tamaño y sabor. Justo al lado hay una tienda Lego muy curiosa, en la que puedes comprar piezas al peso como si fueran frutos secos a granel.
Os podeís imaginar la de horas que pasamos entre los dos sitios, que nos tuvimos que comer un currywurst antes de ir al muro. Tardamos casí 20 minutos en el metro y lo primero que nos encontramos fue un rodaje justo al lado. Al final nos acabaran descubriendo yo lo se.
Lo que queda del muro, va paralelo al rio Spree. Se conserva porque varios artistas pintaron un montón de obras de arte y decidieron que merecía la pena que perdurase, en el año 2009 los mismos que los hicieron le dieron una manita por que ya estaban para el arrastre. Estar allí delante te hace pensar, que no hace tanto de la caida del muro, fue en el año 1990. Yo tenía 14 años y no tenía ningún problema para ir a ver a mi abuela que vivía a 220 km y la gente de Berlín no podía ni cruzar, su ciudad. Es triste.
Recorrimos todo lo que existe actualmente y terminamos en la Alexander Platz. Otra vez empezó a llover y nos metimos en otro centro comercial. Aprovechamos para comer y limpiar un poco el organismo de curry, nos comimos unos makis de aguacate, tortilla y pepino y unos tallarines con pollo y verduras. Después de repostar y descansar nos dirigimos a un Saturn (un gran almacen de informática) para comparar precios con España y la verdad que hay diferencía pero no es una barbaridad.
Nos dimos una vuelta por la plaza viendo una exposición del día de la caida del muro y se te ponían los pelos de punta.
Para rematar la faena, nos metimos en otro centro comercial, que tiene una planta de deportes bastante interesante donde Manmely se compró una gorra para este verano y donde me achicherré la lengua con un cafe latte de marca tazilla de como quemaba.
Cogimos el metro para volver al hotel y pasamos 11 paradas. Cuando descansamos un poco, nos cambiamos y llamamos a la familia. Por supuestisimmo que no ibamos a quedarnos encerrados, cogimos los bartulos y a buscar un sitio donde cenar. En Alt-Berliner-Biersalon nos pusieron una sopa de patatas con salchichas, un Schlachplatte (Costilla de cerdo ahumada, chuleta idem y salchicha asada con Chucrut y patatas asadas) y una strudel de manzana para chuparse los dedos. El bar funciona las 24 horas, retransmiten partidos de futbol y tienen música en directo. Tienen una web: http://www.Alt-Berliner-Biersalon.de donde podréis conocer su historia.
Nuestra siguiente acción fue: Volver al hotel que ya no podemos mas.
- Un día en Toulouse - 10/08/2022
- Confinados pero volveremos a viajar - 23/03/2020
- París en el inicio del siglo XX - 06/11/2019