No se por donde empezar. Cuando uno visita un sitio donde sabe que han muerto miles de personas se queda mudo. El ser humano es capaz de ser su mayor depredador. Hace varias horas que volvimos del campo de trabajo de Sachsenhausen. y todavía no se como contaros lo que allí sucedió.
¿Como llegar a Sachsenhausen?
Tendremos que ir a la población de Oranienburg, es realmente fácil llegar en tren. Sólo está a 35 kilómetros de Berlín y se puede llegar usando la S-1, con mirar en un mapa donde puedes subir ya tienes la mitad del recorrido hecho. Cuando lleguemos al pueblo podemos ir andando tranquilamente hasta el campo de concentración. Es la opción más recomendable, antes de irnos de estación revisad los horarios de vuelta.
La visita
Empezaré explicando que el campo tiene forma de triángulo equilátero, siendo justo el centro de la base la entrada.
Allí esta la torre A con la famosa frase “Arbeit macht frei”, donde registraban a todo prisionero, los tenían en formación o en cuclillas con las manos en la nuca durante horas, por supuesto, que los interrogaban varias veces con sus palizas correspondientes.
Cuando el capullo de turno se cansaba, los desnudaban, rapaban y desparasitaban, para humillarlos un poco mas les buscaban cualquier cosa de valor por todos los agujeros corporales.
Los barracones se abrían como un abanico alrededor de un semicirculo que usaban para hacer pruebas de material y resistencia de las botas, tenia diferentes materiales: arena, piedras, asfalto o gravilla.
Los seleccionados debían hacer entre 30 y 40 kilómetros diarios si no querían ser eliminados.
Os resumo un poco, este campo no era de exterminio si no de trabajo, por ello había una fabrica de ladrillos, aunque muchos de ellos trabajaron para empresas particulares de miembros de la SS o de los vecinos del pueblo.
En la foto se pueden ver las casas de los vecinos al fondo.
Al principio no había ni muro y los vecinos veían perfectamente todo lo que pasaba allí dentro, lo que ocurría es que les era muy beneficioso para la economía. Dentro llegaron a existir talleres de todo tipo y durante la guerra fabricaron armamento.
Este campo fue el primero, en el que los arquitectos de los nazis se plantearon hacer un tratamiento completo pasando de la torre A a la estación Z que era donde estaban la zona de fusilamiento y los crematorios, ya os podéis imaginar el resto.
En esta maqueta podéis ver como era.
Lugar donde castigaban a los prisioneros que hacían algo que no les gustaba a los vigilantes.
Aquí los fusilaban, a escasos metros del crematorio.
Restos del crematorio
Interior de los barracones
Detalle de los diferentes parches que tenían que llevar todos los que entraban en Sachsenhausen.
Máscaras de cera donde comparaban a las personas que iban llegando para ver como las clasificaban.
Había celdas de aislamiento que era una cárcel dentro de otra, cocina, lavandería, enfermería donde hacer experimentos, burdel con prisioneras obligadas a prostituirse, barracones de madera y de piedra, horca en medio para que todos vieran al ajusticiado e incluso un deposito de cadáveres donde desmembraban a la gente para su posterior cremación.
A mi particularmente, me ha puesto digamos “nervioso”, un pasillo que une los dos barracones de la enfermería donde almacenaban los cadáveres y las ruinas del crematorio.
Hoy ha sido un día frío, no creo que hayamos bajado de 7 ú 8 grados, solo de pensar en invierno con dos cuartas de nieve lo que tenía que ser aquello.
A los que dicen que todo fue mentira, les pido que vayan y que se paseen por la explanada donde estaban los barracones, que cojan la audioguia y escuchen lo que cuenta los supervivientes. Solo eso.
Cuando los rusos tomaron Alemania, le dieron el mismo uso a este campo que le daban los nazis y estuvo en uso hasta los años 50.
Hicieron un monumento en medio y se quedaron tan a gusto.
¿Pensáis que así acabo nuestro día?.
Claro que no. Para ir a Orainenburg, que es donde esta el campo, compramos un billete para toda la jornada y teníamos que aprovecharlo. Ayer nos dejamos sin ver el famoso TACHELES.
Este edificio era un antiguo centro comercial, los comunistas de la RDA lo querían tirar abajo, pero cuando cayo el muro seguía en pie. Un montón de artistas salieron corriendo y lo ocuparon.
Se supone que es un centro alternativo de cultura, donde hay diferentes talleres de pintores, escultores, de teatro y cosas del estilo.
A nosotros nos llamó la atención que hubiera puertas con cerradura, eso de que todos es de todos es relativo.
De todas formas si te sobra tiempo es un sitio curioso y la zona esta llena de bares y tiendecitas que lo hacen divertido.
Después de ver a un montón de artisteo y lo que no era artisteo, nos dirigimos a la Postdamer Platz en busca de una wifi que se supone que es gratis.
Evidentemente la señal es pésima y nos vinimos al hotel a robársela a un restaurante que hay enfrente para felicitar a los padres y a todos los Joses, Maria Joses, Pepas y pepes. Acabamos cenando salchichas otra vez, cuando volvamos las voy a echar de menos.
- Un día en Toulouse - 10/08/2022
- Confinados pero volveremos a viajar - 23/03/2020
- París en el inicio del siglo XX - 06/11/2019
Uf, entiendo perfectamente tu sensación. Yo me sentí igual cuando visité Dachau, a las afueras de Munich. Además ponía la misma inscripción en la puerta. En otro viaje estuve en Austria y unos amigos se empeñaron en ir a Mathaussen (yo me negué, con el otro ya tuve bastante). Pero, efectivamente, por desgracia forma parte de la Historia de la humanidad y “el pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla”.
Un saludo de la cosmopolilla
Gracias por pasarte Patri.
Pues este era de los pequeños, no quiero ni pensar lo que tiene que ser Dachau o Mathaussen. Como bien dices, estas cosas que hace el ser humano debemos tenerlas siempre presentes para no repetirlas.
Saludos
Una visita no muy agradable pero no por ello es menos importante conocer este tipo de cosas para saber hasta dónde puede llegar la barbarie humana.
Un saludo.
Hola Victor,
Gracias por tu comentario. Si te gusta la historia, la visita es imprescindible y si no te gusta también para saber de lo que somos capaces.
Es increíble que el ser humano sea capaz de crear campos de concentración como este. No es una visita agradable, pero sí considero importante que estén ahí para que no olvidemos y, ojalá, para que estos hechos no se repitan.
Uno de esos sitios en los que se te encoge el alma. Estuve en uno solo una vez, Mathaussen, y me quise ir casi durante toda la visita. Lo hice solo por la memoria histórica, aunque no es, ni de lejos, el tipo de excursión que disfruto en mis viajes.
Buen artículo!
Saludos!