Por la mañana decidimos salir directamente hacia Cairns ya que teníamos por delante 350 km de camino que se traducen en unas 4 horas y algo por estas carreteras. El camino fue bastante tranquilo y lo hicimos casi de un tirón. La única parada que hicimos fue para repostar.
Para desayunar, cogimos el coche desde el motel para ir a cualquier sitio pensando que todo estaría más o menos lejos, pero al final estábamos más cerca del motel que de donde dejamos el coche porque nos costó encontrar aparcamiento. Desayunamos fuerte para no tener que parar a comer en el camino. De este modo, además, podríamos cenar a la hora de los australianos.
Ismael se comió unos huevos benedictinos que tanto le gustan y yo me pedí unos panqueques. Pensando que sería poco, además pedí unas tostadas por lo que al final comimos demasiado pero estaba todo tan rico…
Cuando llegamos a Cairns encontramos rápidamente el hotel. Como esta ciudad es pequeñita dormimos bastante cerca del centro y de la Lagoon (laguna artificial), porque aquí también hay una.
Además también nos encontramos la sorpresa de que el sitio donde debíamos devolver el coche estaba justo a la vuelta de la esquina del hotel. Lo que nos dejó un poco desilusionados es que cuando le preguntamos a la chica del hotel qué podíamos hacer interesante por la ciudad se quedó totalmente en blanco, miró el reloj (eran las 16:30h) y nos dijo que podíamos pasear… Nos quedamos perplejos pensando que esta ciudad tendría poco que ofrecer.
Lo peor de todo es que tenía razón porque las tiendas ya estaban cerrando y nos costó mucho encontrar un sitio donde tomar un café porque todos los bares también estaban cerrando. El resto de la tarde ya sólo podíamos dar un paseo por la ciudad. Buscamos el sitio donde nos recogerían el día siguiente para ir a hacer snorkel en la Gran Barrera de Coral (Pier E en el puerto), también muy cerquita del hotel.
El hotel no estuvo mal. Se trata de un Ibis Style por lo que es básico pero correcto. Como había poco más que hacer y vimos un paseo marítimo muy agradable para correr, nos pusimos nuestras zapatillas y aprovechamos para hacer deporte.
Una parte del paseo marítimo tiene zonas de tablas de madera y en otras zonas hay habilitados carriles bici y para corredores. También vimos las zonas de barbacoas típicas en todo el país (al menos en la zona que nosotros visitamos).
Una increíble curiosidad que vimos en el paseo marítimo que, por cierto, es lo mejor de la ciudad, fueron carteles de advertencia para no bañarse en el mar ya que, además de las medusas, en alguna ocasión se habían avistado ¡cocodrilos! Por eso también tienen la Lagoon.
Después de la carrera aprovechamos para darnos un bañito en la piscina del hotel. Para cenar, nos costó encontrar un sitio ya que encontramos que estaban cerrando en todas partes. Eran las 21:30h pero para los australianos es muy tarde para cenar. En un restaurante alemán, donde estaban celebrando el Oktoberfest por fin pudimos cenar.
Ismael se atrevió y pidió tres salchichas, una hecha con carne de canguro, otra de cocodrilo y otra de camello.
Después de cenar descubrimos un mercado nocturno en el que había muchos puestos de souvenirs, collares y cosas así. Uno de los puestos tenía unas camisetas muy originales y picamos comprando una para cada uno.
Como la ciudad ofrece poco más, decidimos que al día siguiente podíamos ir a visitar alguna villa aborigen.
- De Wroclaw a Cracovia - 18/04/2017
- Excursión a WesterPlatte y el castillo de Malbork desde Gdansk - 22/11/2016
- Gdansk un primer vistazo - 08/11/2016
Me gusta el post, muy interesante.
Por cierto, ¿a qué sabe la carne de canguro, de cocodrilo y de camello? ¿a pollo?
Gracias por tu comentario.
EL canguro es como la ternera, el cocodrilo tiene una textura entre pescado y pollo y sabe suave como el pollo. En cambio, el camello no me gusto la textura porque era demasiado suave y estaba tan especiado que no se decirte realmente a que sabía.