Quien venga a Croacia y no visite el parque nacional de los lagos de Plitvice se ha perdido el
70% de lo que es este país. El otro 30% se lo reparten las ciudades y las playas.
El Hotel Plitvice, está a 500 metros de la entrada nº 2. La verdad es que no se comieron mucho la cabeza a la hora de ponerle el nombre.
Es un establecimiento que lo único moderno que tiene es el acceso a internet, por lo demás se quedaron en los 70. Tiene solo dos estrellas pero cumplió su función: Estaba limpio, nos dieron de desayunar y pudimos ir andando a una de las entradas al parque.
Visita a los lagos de Plitvice
El parque esta compuesto de 19 lagos comunicados entre si por cascadas de diferentes alturas.
Esto está provocado por la naturaleza de las rocas que a lo largo de los años el agua ha ido moldeando. Lo más impresionante es el color turquesa y lo transparente que es dependiendo de las zonas, además los peces no nos temen porque nunca han sido pescados y permanecen inalterables cuando pasas cerca de ellos. Parece que están suspendidos en el aire de lo clara que está el agua.
En la foto de arriba había 30 centímetros de agua y si miráis con detenimiento veréis los peces.
Hay varios recorridos posibles: desde la A a la K, dependiendo del tiempo que tengas y de las ganas de andar. Están indicados por carteles que encontrarás por todo el parque para que puedas ir ajustando tu energía y esfuerzo. También hay recorridos especiales para quien quiera aprender mas sobre la flora y la fauna, pero estos son bastante mas largos y escarpados.
El mas corto dura 2 horas y el mas largo 8. Nosotros escogimos uno medio,H, que se supone que se puede hacer entre 4 y 6 horas. Os lo recomendamos porque puedes hacerte una idea general de lo que estos lagos de Plitvice os ofrece:
Un autobús todoterreno sube a los visitantes a los lagos superiores y después se baja andando hasta el lago central donde subes a un barquito eléctrico que lo cruza.
Lago superior de Plitvice
Cruzando el lago central en el barco eléctrico, nos contaron que era así para que ningún ruido ni contaminación pervirtieran la naturaleza.
Desde el otro extremo visitamos los lagos inferiores y la gran catarata.
La gran catarata del parque
Para poder visitar los lagos inferiores de Plitvice hay un camino construido con tableros sobre ellos, si no se tardaría una barbaridad en poder visitarlos.
Todo lo que se baje después hay que subirlo, así que tuvimos que subir hasta la estación 1 donde vuelves a coger otro autobús hasta el lugar donde se inicia el trayecto. El esfuerzo merece la pena porque conforme vas subiendo a la estación puedes hacer unas fotos preciosas de los lagos inferiores.
Camino de Split
Cuando terminamos cogimos el coche y nos fuimos camino a Split, con la idea de parar a comer por el camino. Como nos pegamos un mega desayuno no teniamos hambre, asi que con un café y un dulce llegamos a nuestro destino.
En la guía Lonely Planet de Croacia, recomiendan la agencia de viajes Daluma, y nosotros también. En 10 minutos ya teníamos una habitación alquilada para dos noches en una casa protegida por la Unesco (Damira Rooms) a 5 minutos andando del centro de la ciudad, junto a un edificio acribillado a balas en la reciente guerra de los Balcanes, esas cosas impresionan y acojonan en la misma proporción.
Vino a recogernos a la agencia el dueño, nos dijo donde aparcar, ir a tomar algo y cenar por poco dinero, sus palabras fueron: “The place where the bus drivers have lunch”.
Para terminar el día paseamos por el palacio de Diocleciano. Nuestra idea era dar un paseo para situarnos para mañana por la mañana visitarlo en condiciones. Como os suponeis lo vimos casi entero.
De lo mejor que hay en esta ciudad, es que toman café a todas horas y tienen un montón de terrazitas donde disfrutar de un coffe with milk mirando al mar o dentro del palacio. Como no habíamos comido merendamos una pizza pequeñita para los dos, antes de que Manmely se cayera mareada.
Estuvimos paseando, paseando y paseando hasta que nos dio hambre y fuimos a cenar al restaurante recomendado, nos comimos una pasticada (Estofado de buey con gnochis) y un risotto de calamares en su tinta, bebimos una botella de agua y una cerveza de medio litro. Lo mejor es que no llego a 30 euros.
Ya cansados de todo el día, nos fuimos a dormir.
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Me parecía raro, raro, raro… que no escribierais nada estos primeros días. Y es que se me olvidó que las primeras jornadas los ibias a pasar en el parque de “Yellowstone” croata. Y allí para pillar Wi-fiiiiiiii hay que buscar la secuoya más alta y encaramarse a ella.
Por cierto, lo de los peces tiene su expliación. No se asustan de los humanos por la sencilla razón que son de “atrezzo”, los auténticos se los papearon en la guerra de los balcanes. Que ya se sabe que en las guerras se pasan muchas fatiguitas.
Lo de la foto en las ruinas del Palacio de Diocleciano es para dar envidia cochina de la buena. ¡Qué manía, lo de los romanos, con dejar todo tirado por el suelo! (Por cierto se nota por la foto que Manmely se estaba haciendo la distraída porque se había guardado en el bolso un capitel,que se va a traer a casa casa como souvenir.)
Bromas aparte. Espero que disfruitéis mucho del viaje = dos peshás y media. Que visitéis muchos sitios y hagáis muchas “afotos” para luego contarnos un montón de “historias”. No llamar a la gente de allí Bosnio/herzegovino/macedonio/ montenegrino o serbio que son muy suyos……
Y por último, una duda existencial que tengo yo a estas horas. ¿En qué parte del “super” puedo encotrar unos gnochis frescos?
Besitos para ellas y un abrazo para ellos.
las fotos de croacia estan guapisimas. saludos y que lo paseis muy bien.