El fin del crucero de Hurtigruten llegó cuando atracamos en Kirkenes.
Kirkenes
Hoy hace 10 años que nos casamos. Esta mañana nos levantado muy temprano porque debíamos desayunar y dejar el camarote para desembarcar en Kirkenes. Después de la nochecita que hemos pasado, nos reafirmamos que no nos gustan los barcos y no tenemos ninguna intención de hacer un crucero.
En Kirkenes mucho frío pero no nos dió tiempo ni a darnos cuenta porque fue salir del barco y subirnos al autobús que nos llevó al aeropuerto. Eran las 10:00 de la mañana más o menos cuando llegamos a ese miniaeropuerto de origen militar. El vuelo a Oslo salía un par de horas más tarde pero con nuestros libros y observando a la gente no se hizo larga la espera. El 95% eran hombres y la mayoría con pinta de soldados o gente acostumbrada a vivir en un clima extremo y rodeados de la frontera rusa, sueca y finlandesa.
Si quieres conocer como ha sido el crucero de Hurtigruten al completo puedes empezar a leerlo el día que lo iniciamos en Bergen.
El vuelo a Oslo fue muy tranquilo, lo único reseñable es que es uno de los azafatos también era español.
El precio del tren desde el aeropuerto de Oslo-Gardermoen fue de 170 Nok (unos 18 €) cada uno y nos bajamos en la estación central. Llegando a la capital de Noruega nos dimos cuenta que hoy nos habíamos subido en un barco, un autobús, un avión y un tren. Vamos que no nos dejado nada por subirnos.
En la estación de trenes vimos que había un montón de gente comiendo unos bollitos, descubrimos que una de las cafeterías estaba vendiéndolos por “sólo” 10 nok (1 €) así que pecamos y nos comimos uno cada uno. Ya eran más de las 14:30 de la tarde y el hambre apretaba.
Dando un paseo un poco más largo esta vez que cuando llegamos el primer día a Oslo y tuvimos que andar un poco más para llegar al Clarion Collection Hotel Bastion. Allí nos informaron que de 15:00 a 17:00 puedes hacerte unos panqueques tú mismo y tomártelos allí con un té o café GRATIS. Así que ya sabéis lo que hemos almorzado hoy, dos panqueques cada uno.
Primer paseo por Oslo
Por fin hemos podido pasear un poco que ya lo echábamos de menos con tanto barco y tanto barco. A poca distancia del hotel está la calle más transitada de Oslo: Kad Johans Gate. Está llena de tiendas y centros comerciales. Hemos hecho la típica primera inspección cuando llegas a una ciudad: calle para arriba, calle para abajo y alrededores. Como es normal en nosotros hemos acabado en un barrio de inmigrantes donde nos miraban como diciendo: “Estos dos con las mochilas, ¿donde irán por aquí?”. Esto nos ocurre porque andamos sin mirar hacia donde vamos. Al final, siempre acabamos en barrios normales y corrientes donde la gente hace la compra y va a sus casas.
De regreso a la zona del hotel descubrimos un centro comercial en que había una juguetería que conocimos en Londres que nos encanta: HAMLEYS. Suelen ser tiendas enormes donde encontrar juguetes distintos a los que se ven en España o novedades que consiguen en exclusiva. Siempre picamos con algo y esta vez no podía ser menos. Encontramos unas naves de Lego de StarWars que no conocíamos y nos traímos varias para regalar porque había un 4×3.
Ya iba siendo hora de buscar donde cenar. Vimos algunos sitios pero todos parecían bastantes caros. Nos decidimos por uno pero cuando pedimos mesa nos dijeron que estaba lleno así que tuvimos que irnos. Nos decidimos por otro llamado Jensens Bofhus donde cenamos de maravilla por un precio aceptable de 515 coronas noruegas (64 €). De entrantes pedimos un plato que traía una degustación de todos los que tenían en la carta: Alitas y muslitos de pollo, aros de cebolla, jalapeños y palitos de queso. Después pedimos el plato principal y además lo mismo para los dos: Salmón a la parrilla servido con patatas y verduras.
La verdad que estaba riquísimo. De postre tarta de queso. Todo esto regado con una botella de agua de Voss de 75 cl.
Se nota que ya nos estamos acostumbrados a los precios noruegos y no nos ha parecido ni caro. Yo creo que qué estuviera todo tan bueno ayudó a bajar la percepción del precio.
Ya de camino definitivamente a la casa (así es como llamamos a los hoteles en nuestros viajes) nos llovió un poco pero aquí hace bastante menos frío que en todas las poblaciones que hemos estado en estos últimos días.
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Buenos días, Ismael. Gracias por tu artículo, ameno, claro y con ese especial énfasis del factor humano que pones. ¡Pero si me pareció que también yo viajaba! (ahorrando las 515 coronas noruegas, 64 €, del económico restaurante Jensens Bofhus). Te felicito por las fotografías, son especiales. Destacan. ¡Felicidades!
Muchas gracias por tu comentario Luis.
Es que al final se acaba uno acostumbrando a todo, incluso a los precios desorbitados.
Saludos viajeros.