La gran barrera del coral desde Cairns

La cena de anoche no nos sentó bien a ninguno de los dos, nos levantamos ambos con dolor de estómago. Eso me dio malas vibraciones porque teníamos que embarcar y si ya iba mal del estómago desde antes…

De hecho, desgraciadamente, en esta excursión sí que me mareé rompiendo con la buena racha que llevaba durante todo el viaje. Nos levantamos temprano, a las 06:10h, para que nos diera tiempo a desayunar y a ir al puerto a las 07:30h ya que el barco zarpaba a las 08:00h. El barco no era muy grande, pero se veía muy nuevo y cuidado. Nos tocó sentarnos en la parte de atrás y eso fue, unido a mi dolor de estómago, lo que propició que no me sintiera bien durante el trayecto.

LLegando a Michael May

Para desayunar tenían unos muffins y café y té que pudimos tomar mientras la tripulación repartía los equipos a los que íbamos a hacer snorkel.

La primera parada del día la hicimos en una isla de arena llamada Michael May Cay que está poblada por infinidad de aves.

Michael May Cay

Es precioso ver esa pequeña isla blanca en medio de un gran mar turquesa. Cometí un error pensando que el snorkel partía desde la isla, y me subí a la barca que nos acercaba a ella mientras Ismael se acercó nadando. Después pude ver que la gente que iba a hacer snorkel, se quedaba por otra zona, así que, cuando llegamos a la orilla, me preparé y me fui nadando con Ismael dejando la mochila de la cámara al cuidado de una de las chicas de la tripulación para que me la devolviera al barco.

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Las imágenes que se te graban en la memoria de esta parte del mundo son inolvidables.

Desde el primer momento nos dimos cuenta de que esta parte de la Gran Barrera de Coral iba a estar menos estropeada que la que ya habíamos visto antes. El coral estaba más vivo y colorido. Además, como ya tenía superada la primera experiencia  en esta ocasión no estaba nerviosa y he disfrutado más la experiencia si cabe. Estuvimos en el agua aproximadamente entre una hora y media y dos horas, pero el tiempo pasó casi sin darnos cuenta.

Cuando subes al barco de nuevo te ofrecen la comida. El buffet no estaba nada mal, lo que ocurre es que yo tenía aún el cuerpo algo revuelto y apenas tenía apetito. Estaba compuesto de muchas verduras para ensalada, fruta, pasta, ensalada de patata, embutido, pan y algunas cositas más.

En este barco, al igual que en el que estuvimos anteriormente, toda la comida estaba incluida en el precio pero la bebida había que pagarla aparte.  Después de la comida, ofrecieron una charla para hablar de las diferentes especies de peces que se podían encontrar en la Gran Barrera de Coral. Antes de volver a zambullirnos en las cristalinas y turquesas aguas del Pacífico, nos hicimos una foto de familia en la proa del barco.

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En esta nueva inmersión vimos otra preciosa parte de la gran barrera. Es uno de los paisajes más maravillosos que he visto en mi vida. Disfrutamos como nadie viendo peces preciosos de rayas, de vivos colores, más grandes y más pequeños, estrellas de mar, corales amarillos, peces payaso y un sinfín de especies más. En algunos momentos, si te quedabas un segundo quieta, te encontrabas rodeada de pececillos que se acercaban a curiosear.

En algunas ocasiones tenía el coral tan cerca que daba miedo aletear para no darle.

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Vimos una gran cantidad de diferentes especies de peces.

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Incluso una familia de peces payaso.

Peces Payaso

Uno que quería curiosear lo que llevábamos en la mano con una luz roja intermitente.

Foto submarina en la gran barrera del coral

Antes de saltar te avisan del radio de acción que tienes para que la tripulación pudiera tenernos a la vista por si ocurría algún incidente. Estuvimos más de dos horas dando vueltas por allí pero la noción del tiempo la pierdes en cuanto saltas al agua. Ismael se alejó del radio de acción marcado y tuvieron que ir a avisarle con una lancha. Lo gracioso es que yo había visto que uno de nosotros se había alejado demasiado e inmediatamente pensé que seguro que era él y, ¡claro que acerté!  Lo mejor de todo es que en ese instante en el que fueron a por él acababa de cruzarse con un tiburón de arrecife. Estaba alucinado después contándolo.

Como sabemos que os habéis quedado con ganas, aquí tenéis más fotos de nuestra cuenta de Flickr.

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Llega un momento en el que decides volver porque ya notas el frío calarte hasta los huesos después de tanto tiempo en el agua. Antes de saltar, yo me puse un traje para aguantar mejor el frío pero Ismael no se cogió ninguno y lo notó antes.

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 Al final, quién lo iba a decir, él se subió al barco antes que yo.  Cuando vuelves te tienen preparado té y pastelitos  para atacar el frío. El pobre de Ismael se quedo sin pastelillos por estar conmigo mientras apuraba en el agua para subirme lo más tarde posible al barco y así evitar el mareo.  El trayecto de vuelta lo hicimos en la proa del barco y la verdad es que fue mucho mejor que al principio, nos hicieron una foto donde teníamos que explicar con una pose cual animal de los que habíamos visto nos había gustado más.

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¿Adivináis los que vimos nosotros?

No hice el trayecto de ida allí porque creí que no se podía. El camino fue muy agradable estando al fresquito delante y notando la brisa del mar. La empresa de este crucero se llama SeaStar Cruises y es para tenerla en cuenta porque el día ha sido espectacular.  Todas las fotos que fueron haciendo durante el día las cuelgan después en su página de Facebook. Además, todas las propinas que recaudan las donan a una ONG que ayuda a las personas que se vieron afectadas por los últimos incendios que hubo en Australia.

Una vez llegamos al puerto, volvimos al hotel para relajarnos en la piscina y hacer tiempo hasta la hora de la cena. Para ello, volvimos al paseo marítimo y fuimos a un sitio que nos llamó la atención porque estaba repleto de gente. En este lugar también tenías que pedir la comida en una barra y la bebida en otra.

Después de la cena nos volvimos al hotel porque estábamos agotados después de este fantástico día. Nos ha encantado ver esta parte de la Gran Barrera de Coral, es auténticamente preciosa.

Manmely

3 comentarios en «La gran barrera del coral desde Cairns»

  1. Mi primera experiencia de snorkel fue hace un par de años en Filipinas y ya no he parado jajjaa aunque ver tiburones menda muchísimo respeto, bueno y acercarme mucho al coral también ,me da la sensación que me rozará la barriga y me arañará toda jajaja

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    • Hola Verónica,

      Gracias por tu comentario. A nosotros nos encantó y el pobre tiburón tenía más miedo de mi que yo de él. Había tramos en los que tenía que encoger la barriga para no rozarlo, hay que tener cuidado para no estropearlo.

      Saludos viajeros

      Responder

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