Solemos escribir estas entradas basándonos en los diarios que escribimos cuando llegamos al hotel por la tarde/noche. Resulta que en este viaje solíamos llegar muy tarde, cansados y hartos de cerveza, jejeje. Eso ha hecho que varios días se han perdido en la nebulosa viajera y vamos a tener que reconstruir estos días con las fotografías.
Se notaba que era sábado porque para desayunar en el hotel nos hemos tenido que ir a la terraza, al estar el salón lleno de gente que había venido a pasar el fin de semana. Eran las 9:30 y ya había un grupo de chavales hartandose de cerveza, seguramente no habrán terminado de la fiesta del viernes noche.
La ruta de hoy iba a ser por la parte vieja de la ciudad, como este día era sagrado para los judíos cambiamos el plan y nos dirigimos a Nove Mesto o la ciudad nueva.
Cuando íbamos bajando hacia el centro de la ciudad nos cruzamos con una especie de concentración de scooters que iban todos juntos cortando la circulación y montando ruido. Como nuestro checo es limitado nunca supimos porque lo hacían.
La ciudad nueva o Nove Mesto
Es la zona que hay alrededor de la plaza de Wenceslao. Esta plaza rectangular y en cuesta esta delimitada en un extremo por la museo nacional y por una estatua del Rey Wenceslao y en el otro lado por la entrada a la ciudad vieja donde están los edificios y calles más representativas de Praga. Merece la pena observar las construciones de los laterales y las tiendas que hay en los bajos.
También es un buen lugar para comer las típicas salchichas que hacen en los puestos que hay diseminados por la plaza.
El Grand Hotel Europa es un claro ejemplo de fachada donde debemos parar. Aunque no os lo creáis no es un hotel, es un restaurante.
Es un claro ejemplo de Art Nouveau.
Bajando hacia el río Moldava para dar un paseo por la ribera, en un parque nos encontramos esto:
Era una representación en pequeña escala de lo que podía ser un campo de concentración nazi. Si no has estado nunca en uno, te puedes hacer una idea de como era la vida en uno de ellos. A nosotros después de haber visitado Sachsenhausen cerca de Berlín, no nos impresionó mucho pero la gente salía de este serios y pensativos.
La entrada se hacía por un camino rodeado de dobles vallas con alambres de pinchos.
Otro edificio interesante o complejo de edificios es la Opera Estatal de Praga donde tendrás que ir a ver las mayores representaciones de la ciudad, eso si reserva con tiempo porque se suelen agotar, al igual que la opera nacional. No te preocupes si quieres disfrutar de la música clásica, en cualquier iglesia, palacio o teatro hacen conciertos o actuaciones líricas y podrás comprar entradas.
Estos barcos restaurantes eran populares y los encontraréis a lo largo de la ribera del río.
A poca distancia nos encontramos este edificio:
Diseñado por el famoso arquitecto Frank Gehry lo llamaron Fred y Ginger porque parecen una pareja de bailarines. Cuando se hizo fue muy polémico porque los vecinos praguenses no veían que fuera el lugar idóneo y la verdad que no pega ni con cola. Lo que no quita que sea curioso, ya sabéis porque se llama Nove Mesto o Ciudad Nueva porque todo es nuevo o raro, raro.
Empezamos a tener hambre y pensamos en comernos unas salchichas en un puesto de la plaza de Wenceslao pero de camino pasamos por la puerta de la cervecería más antigua de Praga: U Fleku
Es un tablao flamenco para guiris, o lo que es lo mismo, un lugar que se ha convertido en un espejismo de lo que era originariamente cuando abrieron en 1499. Con músicos y poniendote una cerveza nada más sentarte, quieren que te sientas como si el tiempo no hubiera pasado. La cerveza la hacen ellos y sólo la puedes tomar allí. Mi recomendación es que vayas allí como si fuera un espectáculo, te tomes una cerveza y continuas el viaje, puedes comer más barato y mejor en otros sitios.
Después de calmar nuestra sed y reírnos un rato con los turistas que estaban cantando en U Fleku seguimos nuestro camino.
En una iglesia nos llamó la atención unas marcas que había en una pared. Mirando la guía nos enteramos que en en la iglesia de San Cirilo se habían refugiado varios paracaidistas y soldados que habían hecho un atentado en la ciudad en la segunda guerra mundial. Las marcas son tiros de los soldados alemanes para hacerlos salir. Es impresionante.
Ya si que teníamos hambre de verdad y no perdimos la oportunidad de probar las salchichas.
Paseando, paseando, paseando llegamos a otro gran exponente del Art Noveau de Praga: EL GRAND CAFE ORIENT.
Un remanso de paz dentro de la locura que es la calle comercial donde se encuentra, un buen sitio donde tomar un buen café. Su interior está inalterado y muy bien conservado yo creo que hasta los platos y cubiertos son de la época de su construcción.
El resto de la tarde lo pasamos paseando por la plaza vieja, calle Karlova y por donde ya habíamos pasado hoy.
En el próximo episodio, os hablaremos de la plaza vieja y el barrio judío.
- Un día en Toulouse - 10/08/2022
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¡Qué recuerdos de la bella Praga! Mi cuidad favorita de Europa, a mí me enamoró. Concretamente el Nove Mesto no fue de mis partes favoritas, me gustó más Josefov o la parte del Castillo, pero bueno hay que verlo todo ji ji ¡y menuda pinta tienen esas salchichas! Muy bávaro ji ji
Un abrazote
Hola Patri,
Pues si, es la parte más “fea” de Praga. El entorno del castillo es precioso pero a mi personalmente me gustó más la plaza vieja y la zona judía. Eso queda para otra entrada.
Con salchichas y cervezas pasa uno el día. 🙂
Nos leemos
Me viene perfect para preparar mi próxima visita 🙂
Qué punto lo del “campo de concentración” en el parque, ¿es permanente?
Me apunto la visita a la cervecería más antigua de la ciudad 😉
Saludos!!!
Hola Maruxaina,
Pues no tengo ni idea si el parque estará por allí todavía.
La cervecería mola para estar un rato, es un nido de turistas. Aviso, que cobran por todo lo que te ofrezcan. Hay otras más autóctonas que son un poco más baratas y con mejor comida. Un ejemplo, es el de la del Primer día en Praga.
Nos leemos
Sin duda, junto a Budapest son en mi opinión las dos ciudades más bellas de Europa.
Nosotros tuvimos un serio problema con el idioma, pero bueno a duras penas y con algo de ingles pudimos tirar para adelante.
Como decís, la ciudad nueva no es tan atractivo con la parte vieja o el Barrio Judío, pero es imprescindible visitarla. A nosotros la verdad que nos sorprendió, ya que nuestras expectativas eran bajas, pero el guía de (No nos gusta el spam) nos contó muchos historias, por ejemplo, los sucesos en la Plaza Wenceslao y vimos lugares lugares como en Museo Nacional y las casas Danzantes. Un viaje que hoy en día me resulta difícil olvidar…
Un saludo.
Editado por Ipaelo. Nota: La publicidad se paga.