Rumanía, un tesoro escondido

No esperábamos que Rumanía tuviera tanto por descubrir y eso que acabamos allí de casualidad. Estábamos buscando una carrera internacional cuando descubrimos que la media maratón de Bucarest coincidía con nuestras vacaciones y nos servía de experimento internacional antes de la gran carrera del año: La Maratón de Chicago.

Aprovechamos el viaje a la capital de Rumanía para conocer otras ciudades y pueblos de este país que está cargado de historia, gastronomía, cultura y paisajes espectaculares.

Éste fue nuestro recorrido en los 10 días que pasamos en Rumanía recorriendo Valaquia y Transilvania. Iniciamos nuestro viaje en Bucarest y acabamos en Cluj-Napoca intentando visitar lo que nos pareció más interesante, aunque tendremos que volver para ir a los monasterios pintados del Norte.

Bucarest

Pasamos demasiado tiempo en ella, merece una visita pero no tantos días como lo hicimos nosotros. Teníamos que correr una media maratón así que si descontamos el día de la carrera y el anterior estuvimos dos días, que es suficiente para visitarla y empaparte de ella.

Os recomendamos que el hotel lo elijáis lo mas céntrico posible, así os ahorraréis el transporte y estaréis cerca de cualquier restaurante, cafetería, edificio o museo que queráis visitar.

En nuestro caso dormimos en Europa Royale Bucharest, un cuatro estrellas a la entrada del centro histórico de la ciudad a 10 minutos de prácticamente cualquiera de las atracciones de la ciudad, ya sea andando o en metro o autobús.

Vamos a escribir un artículo sólo para contaros qué visitar y ver en Bucarest.

Brasov

Es una ciudad con historia propia que sirve de sede para visitar el castillo de Peles, Bran, la ciudadela de Rasnov y el propio Brasov que merece un paseo.

Plaza Brasov

Un paseo por la Plaza Sfatului y la visita a la iglesia negra son obligatorias. A mucha gente le gusta subir al monte Tampa que es donde se encuentran las famosos letras tipo Hollywood de Brasov. Nosotros no lo hicimos pero hay un teleférico que te lleva hasta arriba.

Subir a la ciudadela es una pérdida de tiempo porque podrás pasear por el exterior y poco más. La abren para bodas y eventos.

Un poco más alejada está la iglesia de San Nicolás a la que no pudimos entrar porque estaba cerrada.

Dormimos en un hotel moderno y bien atendido, en una zona muy tranquila que os recomendamos: Belfort Hotel.

Los castillos de Peles y Gran están relativamente cerca pero la carretera de montaña que los une hace que tardes más de lo esperado para llegar del uno al otro. Son totalmente diferentes y la historia de cada uno no puede ser más dispar.

Alrededores de Brasov

Castillo de Bran

Castillo de Bran

Del Castillo de Bran se dice que es el castillo de Drácula aunque Vlad Tepes no pasó ni por la zona. De todas formas merece la pena visitarlo y ver cómo era una fortaleza que lleva en uso desde el siglo XIII. La decoración interior es austera y los espacios interiores son pequeños.

Castillo de Peles

En cambio el castillo de Peles, es otra historia. Está muy bien conservado, sólo se puede visitar mediante visitas guiadas y lo tratan con tanto mimo que incluso te tienes que cubrir los zapatos para no dañar el suelo. Fue construido como una residencia de verano para los reyes de Hungría en el Siglo XIX. Lo único que le falta al castillo es conexión a internet cuando se construyó porque tiene un sistema de comunicación interno, electricidad e incluso el techo del salón era retráctil.

Castillo de Peles

El entorno es idílico rodeado de un bosque que en su momento tenía que ser un remanso de paz.

Ciudadela de Rasnov

Ciudadela de Rasnov

Otro punto de interés es la ciudadela de Rasnov, a la que fuimos por culpa de Maruxaina que nos la recomendó. Mucho menos visitado que los dos castillos anteriores por lo que la visita es más tranquila pero también está pelín abandonada. Lo que también le aporta un encanto especial.

Cuidado con la señora que hay al lado del parking, te vende un ticket diciéndote que es la entrada e incluye el transporte hasta arriba pero realmente sólo es el transporte y arriba tendrás que pagar la entrada.

 

Sighişoara

Tiene un interesante centro histórico que se visita en una mañana o una tarde pero nosotros pasamos allí dos noches porque de camino visitamos varias iglesias fortificadas (Prejmer, Harman, Sanpetru, Homorod y Viscri) y pensábamos que llegaríamos demasiado tarde para recorrer este municipio.

Allí se encuentra una casa, donde dicen que vivió Vlad Tepes. Como siempre pasa con este personaje, se “supone” que en esa casa estuvo de niño este hombre pero ni la casa es la misma ni la habitación que enseñan tampoco. Ahora hay un restaurante y un museo.

Se caracteriza porque cada gremio construía una torre. Para demostrar cual era más poderoso y rico intentaban que la suya fuera la más espectacular. Es especialmente bonita la torre del reloj.

Torre del Reloj Sighisoara

Otra curiosidad es la escalera que sube hasta un colegio/instituto que hay en la parte más alta de la ciudad. Fue construida en el siglo XVII y constaba de 300 escalones pero ahora hay poco más de la mitad, está cubierta para proteger del frío a los estudiantes y feligreses que tienen que subir ya sea para recibir clase o asistir a los oficios religiosos en la iglesia que allí se encuentra. Os recomendamos un paseo por el cementerio ya que hay lápidas muy antiguas.

Por cierto, el centro histórico es patrimonio de la humanidad por la UNESCO por ser uno de los mejores ejemplos de ciudad Sajona medieval que se conserva actualmente.

En Sighişoara, descansábamos en un restaurante que tiene habitaciones para los viajeros. Fue una experiencia curiosa porque a los camareros parecía que les molestaba atendernos pero el sitio tenía mucho encanto: Pensiunea Gasthaus Alte Post

Sibiu

Ojos en las casas de Sibiu

Sibiu es famosa por sus casas que te observan y por ser otro ejemplo de ciudad sajona fundada en el Siglo XII. Lo mejor es pasear por el centro peatonal de la ciudad y disfrutar de sus plazas.

Coincidió que el festival de Jazz se estaba celebrando en la ciudad y las calles estaban llenas de música y ambiente. Aparte de las curiosas ventanas de las casas y una muralla, lo único destacable es una enorme plaza y la muralla que rodea la ciudad.

A escasos metros de la Gran Plaza está el hotel The Council donde dormirás como un príncipe o princesa con sus habitaciones elegantemente decoradas. Además es curioso porque fue el antiguo ayuntamiento.

Cluj-Napoca

De Sibiu a Cluj-Napoca paramos en la ciudad de Alba Julia que nos encantó. Sólo estuvimos 3 horas, lo suficiente para recorrer su ciudadela en forma de estrella, sorprendernos con su buena conservación y como lo han convertido en un museo al aire libre donde poder pasear con la familia aprendiendo historia. Muy recomendable si os sobra algo de tiempo.

Cluj- Napoca, es una ciudad universitaria por lo que ya sabéis lo que conlleva, bares ambientados y precios razonables. Además tuvimos la suerte de que era la noche de los museos y ese fin de semana la ciudad estaba llena de eventos, conciertos y puestos de comida callejera. Pudimos visitar varias exposiciones que normalmente están cerradas al público y disfrutar de la calle hasta bien tarde.

Plaza Unirii en Cluj-Napoca

Pasear por la espectacular Plaza Unirii, llena de sillas y con un escenario donde pudimos escuchar ópera, canciones populares, música clásica, etc.. tocada por las orquestas y cantantes de renombre y que todo el mundo estuviera bailando y participando hasta la madrugada fue una experiencia que no esperábamos. Todo esto presidido por la estatua de Matías Corvino mientras se sucedían los espectáculos callejeros y conciertos por varias zonas de la ciudad.

Para nuestros últimos días en Rumanía buscamos un hotel con encanto y Lol et Lola Hotel es uno de ellos. Escondido en una pequeña calle hace que el bullicio y ruido del exterior no llegue y puedas descansar tranquilamente. Cada habitación está decorada de forma distinta, tuvimos la suerte de que nos tocara una con motivos viajeros que nos gustó mucho.

ipaelo
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7 comentarios en «Rumanía, un tesoro escondido»

  1. Hola!!!
    No conozco nada de Rumanía, pero tal y como lo presentas, si que se ve como un auténtico tesoro escondido!
    Me ha encantado, y me ha sorprendido un montón los tejados “con ojos”.

    Muchas gracias por la info.

    Un abrazo

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    • Hola,

      La casas de Sibiu son famosas por las formas de hacer sus ventanas en los tejados, la verdad que había veces que te daba la sensación de que te observaban y estaban planeando algo “raro”.

      Saludos Viajeros

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  2. La verdad es que Rumanía merece mucho la pena. Creo que tu itinerario se parece mucho al que hicimos nosotros, solo que al final subimos a la parte de Bucovina. Como bien dices, tendréis que regresar! Y también por la zona de Maramures, que pinta muy bien aunque no la conozco personalmente.

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    • Hola Jordi,

      ¿Se parece? Anda ya!!!! Nos quedamos con la ganas de subir como vosotros. Seguimos vuestro viaje por Rumanía y fue parte de la inspiración. Estuvimos también Targus Mures pero se me olvidó añadirlo. Vuestro blog viajero es una joya: Milviatges.com

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  3. Hablando con unos amigos sobre la cordialidad de los habitantes de cada país, nos comentaba que había recorrido Rumania y le había sorprendido lo hospitalarios que son. Hace años que queremos visitar Bucarest, pero por lo que cuentas no es lo único que deberíamos visitar. Sobre todo siendo amantes de castillo veo que allí disfrutaremos mucho 🙂 ¡Saludos! 🙂

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    • Buenas,

      Pues precisamente no es el recuerdo que nos trajimos nosotros de la cordialidad de los trabajadores de hostelería y es uno de los fallos que deben solucionar si quieren convertirse en un destino turístico puntero. Las personas con las que hablamos en la calle si eran muy amables sin embargo. Si os gustan los castillos, Rumanía es imperdible.

      Saludos Viajeros

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  4. Creo que Rumanía tiene un gran potencial como tú apuntas, por descubrir. A nosotros nos encantan los castillos y Rumanía tiene grandes atractivos para ser uno de esos destinos que tenemos que añadir. Yo también leí el post de Maruxaina que junto con todos los puntos que señaláis añadís más motivación por conocer Rasnov, aunque por lo visto la picaresca llega a todas partes, así que gracias por el aviso sobre la mujer del parking.
    Un saludo!

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