A las 08:30 estábamos esperando a nuestro guía del Tour del Señor de los anillos, la empresa se llama Wellington Rover Tours, en el sitio pactado, nuestro Holiday Park. Hay dos recorridos para elegir, el de medio día y el del día completo. Nosotros elegimos el del día completo.
Fuimos los primeros en subir a la furgoneta y recogimos a los demás integrantes de la mini comunidad del tour del Señor de los Anillos. El grupo estaba formado por una familia de Auckland, una pareja de cincuentones de Melbourne, un suizo, un escocés y nosotros dos.
La primera parada fue en el Monte Victoria donde se grabaron varias escenas de la comunidad del anillo. Peter Jackson es un crack, su casa está a 10 minutos de donde se grabó y Weta (su productora) a otros 10 minutos. Tenía claro qué quería, dónde y cómo. La mayor parte del metraje se hizo en un radio de 30 minutos de Wellington.
Usando la imaginación y los recursos digitales que añadieron en post producción crearon la película que todos recordamos.
Por esta misma ladera cayeron los Hobbits huyendo de los Nazgúls.
Frodo (@ipaelo) señalando por donde vienen.
Por ejemplo, este es el sitio exacto donde se rodó la famosa escena del Nazgúl a caballo, recreada aquí por dos hermanos y un chaval.
El Monte Victoria merece un paseo nada más para ver las vistas de la ciudad desde su punto más alto y después pasear por el bosque donde se rodaron todas estas escenas.
Después nos pasearon por la tienda oficial de Weta Digital y lo mejor de la entrada es una visita guiada de 30 minutos por el taller de Weta (Weta Whorkshop) donde está prohibido hacer fotos y grabar vídeos, ¡¿¡¿¡¿¡¿¡¿POR QUÉ?!?!?!?!?! Armaduras, armas, petos, escudos, etc… un sinfín de atrezzo de las películas en las que han participado con las que te quedas alucinado de lo real que parecen. Plástico que parece cuero o metal, espadas de aluminio para que no pesen, armas de plástico inyectado, animatronics, coches a escala real, monstruos, animales que parecen que van a cobrar vida, etc… Además te lo va explicando uno de los técnicos que trabajan allí. Tenían el traje de SAURON, el equipo de los soldados de Gordon, un URUK HAI,… un montón de las cosas que todos los amantes del cine queremos tener.
La tienda está adornada con tres trolls gigantes en la entrada con los que sí puedes hacerte fotos. Dentro había una estatua de Gandalf, trajes de Rohirrin, etc… un montón de merchandising e incluso un minimuseo propio con figuritas de la saga. Por supuesto, que se vino algo para casa del merchandising.
La roja está en casa. 🙂
Pies de Bilbo
Máscaras, armas, etc.. utilizadas en otras películas en las que Weta ha participado
Origen del nombre de la empresa Weta
El siguiente paso fue visitar por fuera los estudios de Welliwood del que también es dueño Peter Jackson.
Además, pasamos por su casa camino del restaurante donde comimos. Por cierto, las chimeneas las tiene adornadas con dragones y dentro tiene un Dalek y el coche de Chiqui, Chiqui, Bang, Bang. Es lo que tiene que un niño grande tenga dinero, que se compra juguetes grandes y caros.
La comida fue con un menú muy apropiado: Fettucini de Rivendell con champiñones o La elección de Boromir entre los platos. Donde me tome una cerveza de jengibre, que no os podéis perder si llegáis hasta Nueva Zelanda. Ojo, no es cerveza.
Seguimos el tour dirigiéndonos a ver donde se rodaron algunas escenas del río Aduin y la cantera donde se grabó el abismo de Helm o las minas Tirith.
La famosa cantera.
Allí nos contaron que se podía ver por la noche que todo estaba iluminado durante el rodaje y que se veía perfectamente la producción desde la carretera, el tren o las casas de enfrente. Para las tomas más numerosas necesitaban cientos de personas disfrazadas de orcos y las traían en autobuses que tenían que aparcar en otra zona. Subían caracterizados andando y asustaban a los niños que iban al cole. Yo me imagino al que sea parado en un semáforo y una horda de orcos cruzando, hablando de sus cosas.
Río Aduin, es una de las localizaciones porque se usaron 49 más.
Después de las fotos correspondientes. El guía nos llevó al Kaitoke Regional Park a ver Rivendell, como ya sabéis, nosotros ya habíamos estado. Las explicaciones que nos dieron complementaron lo que ya habíamos visto. Cuando nos reímos bastante fue cuando sacó una capa, a dardo (la espada de Frodo) y unas orejas de elfo y estuvimos haciendo fotos posando y haciendo el payaso un rato.
El árbol de detrás es donde se hicieron las fotos promocionales de Legolas.
Un Hobbit sonriente
Un hobbit asesino con pelo largo
Después nos dejaron las orejas y estuvimos un rato haciendo el tonto por el bosque.
Fue un momento muy divertido para el grupo.
Al volver al coche, nos encontramos con la sorpresa de que el guía nos había preparado una merienda en mitad del bosque que disfrutamos charlando de nuestros países y de las fotos que nos habíamos hecho. Una de las charlas trato de como se pronunciaba Isengard en España, Si Isengard o Aisengard, por lo que se ve dependiendo de un país u otro cada uno lo adaptamos a nuestro idioma.
De vuelta a la ciudad, hicimos la última parada en Isengard. Se trata de otro parque público llamado Harcourt Park donde Gandalf entró a caballo en la torre de Saruman y donde se pasearon por sus jardines.
Esta foto la hicimos con ella tirada en mitad del césped pero casi no se le ve y se tuvo que poner de pie.
Del medio de un seto, Scott (el guía) sacó un par de varas del poder y nos grabó paseando por los mismos caminos donde Ian McKellen y Christopher Lee lo hicieron en la película.
Para terminar nos regalaron un par de gomillas que sirvieron para el mapa que el cartógrafo oficial del Señor de los Anillos había hecho con el recorrido realizado durante el día.
El Tour terminó llevándonos a cada uno a nuestros hoteles o Campings.
Nos lo hemos pasado realmente bien.
Si os habeís quedado con ganas de ver fotos en este álbum de Flickr hay muchas más.
Lo que quedaba de tarde lo dedicamos a pasear por una Wellington de domingo donde no había casi nadie por las calles. Compramos pan para desayunar al día siguiente y hacernos unos bocadillos para el avión.
Acabamos cenando en The Crab Crash otra vez, por la relación calidad precio de lo mejor del Waterfront. Cenamos atún a la plancha y cordero neozelandés con vino y cerveza de jengibre por 65 NZD (unos 41 euros).
Nos volvimos a Lucy, que había que preparar las cosas para volver a Australia.
Nueva Zelanda nos ha aportado paisajes fabulosos y muchos momentos de paz ya que en general la vida por aquí es muy tranquila.
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Se ve que lo pasásteis muy bien, salís muy guapos en todas las fotos y el viaje genial. Muy bonito todo.