Este viaje ha empezado realmente bien.
¡MANMELY NO SE HA MAREADO!.
No sabemos si ha sido la Biodramina, la tirita en el ombligo o que hemos cogido el vuelo más tarde, pero algo ha tenido que funcionar.
Pasando un poco a las dos anécdotas del día, en la tienda de National Geographic de la nueva terminal T3 del aeropuerto, hemos sido figurantes en unas fotografías que tenían que hacer para publicidad y en Berlín hemos cenado en el bar de Hans Weiner. Hemos hablado con él de su pasado como jugador del Bayern de Múnich y de las veces que había jugado en España, donde ganaron el primer torneo Santiago Bernabéu, todo esto mientras veíamos cómo ganaba el Barcelona 4-0 al Stuttgart.
Hemos llegado sobre las 14:30, sin embargo no entramos en la habitación del hotel hasta las 16:00. Nuestro hotel era el Hotel Savoy Berlín, cerca del Zoo. Lo cual es buena opción porque llegan un montón de líneas de metro y autobuses a tres pasos. Cuando nos preparamos, nos fuimos a pasear un poco y conocer a zona, por supuesto que nos comimos nuestro primer Currywurst, lo cual os recomiendo encarecidamente.
Nos dirigimos hacía el Tieter Garten (El Central Park de Berlín), aunque nos fuimos en sentido contrario y acabamos viendo K’damm que es una calle superpija de la muerte, con las marcas de siempre: Gucci, LV, Valentino,…, lo mejor de la zona, fueron los coches, ya os podéis imaginar Porsche, Ferrari, Mercedes, Masserati, Bentley, incluso vimos un par de Hummers.
Cuando se acabaron las tiendas pijas, nos fuimos a la Potsdamer Platz en metro, allí está el Sony Center, con unos edificios espectaculares, también hay varios trozos del muro. Desde aquí, nos fuimos al Reichstag y de camino vimos el monumento a los judíos y la puerta de Brandenburgo. Precisamente haciendo fotos a la parte de atrás de la puerta pasó un Porsche 911 Gt3 amarillo pegando un acelerón que le tuvo que costar 300 o 400 euros, entre gasolina y ruedas.
Como ya era noche cerrada y las fotos no salían todo lo bien que queríamos, decidimos volver mañana, así que cogimos el metro de vuelta y claro, nos pasó la de equivocarnos, sin embargo no fue culpa nuestra, el tren en el que íbamos, cambio de ser una línea a otra, lo avisaron en un correctísimo alemán. Nosotros nos dimos cuenta cuando vimos que la siguiente parada no era la nuestra. La solución fue sencilla, vuelta para atrás y a coger el tren correcto.
Como queríamos ver el fútbol, acabamos en el bar del futbolista que está preparado con montones de televisores para que ningún cliente se perdiera ni un detalle.
¿Qué cenamos? Pues que vamos a cenar en Alemania, salchichas. Manmely una salchicha al estilo berlinés con chucrut y patatas cocidas y yo pedí ensalada de salchichas con pepinillos y cebolla acompañadas de patatas fritas con ajos y bacon.
Ya teníamos ganas de descansar y nos volvimos al hotel que mañana será un día largo.
Continúa en Berlín Día 2
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Un magnífico primer día si señor, me acabo de cenar unas salchichas de esas alemanas en vuestro honor. Saludos cordiales 🙂