El madrugón de hoy supera todos los de hasta ahora. Nos hemos levantado a las 3:45 am. Ha tenido que ser tan temprano porque el aeropuerto de Modlin está a 40 minutos de Varsovia y nuestro hotel a 25 del Palacio de Cultura, que es desde donde cogimos el autobús. Además Ryanair nos envió un email avisándonos de que este aeropuerto siempre está muy colapsado en los controles y el chico que nos ayudó con los tickets del autobús lo corroboró y eso que le insistimos diciéndole que era el primer vuelo a GDANSK del día. Por cierto, si compras los tickets con tiempo te pueden costar sólo 9 PLN, no 33 PLN como pagamos nosotros.
Nuestro vuelo salía a las 7:45 h pero hemos llegado al aeropuerto a las 5:00h. Por suerte no hemos tenido ningún problema y hemos podido desayunar tranquilamente un café latte y las galletas de jengibre que compramos ayer por 4 PLN ( 1 euro y poco).
Para llegar al centro de la ciudad de Gdansk no hay nada más cómodo que el tren. Al llegar al andén, hemos visto que estaba allí esperando que subieran los pasajeros y nos hemos metido directamente pensando que como en Varsovia pasaría el revisor y nos cobraría. Por nuestro lado no pasó nadie y en ningún sitio nos han requerido el ticket, así que nos ha salido gratis sin querer.
Desde la estación de tren al apartamento que habíamos reservado se tardan unos 30 minutos andando y teníamos tiempo de sobra antes de hacer el checkin, así que hemos paseado por la ciudad.
El señor google nos ha llevado por las calles más feas que podía, yo creo que lo hacía para fastidiar y para que así descubriéramos después la belleza de este municipio del norte de Polonia. Por el camino, desayunamos en un bar de copas que ofrecía desayunos por la mañana, la carta era reducida pero Ismael ha disfrutado con un sandwich con huevo y bechamel (O_o) y yo me he conformado con un trozo de tarta de queso.
La sorpresa ha sido al llegar a la zona donde está el apartamento, es una zona un poco inhóspita de día, así que imaginaos de noche. Han derruido almacenes del puerto de Gdansk y están construyendo varios edificios de apartamentos y da la casualidad que el nuestro es el primero que se levantó en la zona más alejada.
Además no había nadie esperándonos en el edificio y tuvimos que contactar con la agencia, menos mal que gestionan varios apartamentos desde una oficina que tienen muy cerca y allí se aclaró todo porque por teléfono no encontraban nuestra reserva.
[alert-announce]En Polonia el primer apellido no vale para nada (parece que lo toman como un segundo nombre o algo así), por lo que es posible que tengan que buscar vuestra reserva por el segundo.[/alert-announce]
Nos dieron la mala noticia del día, eran las 12:00 y hasta las 15:00 no íbamos a poder disponer de nuestro apartamento. Os recuerdo que llevábamos en pie desde las 3:45 y teníamos muchas ganas de descansar un poco. Nos dejó hechos polvo. Como no nos quedaba más remedio, les pedimos si podíamos dejarles la maleta y alguna bolsa allí y nos volvimos a tirar a la calle con los pies destrozados y sin descansar.
Nos dirigimos a la calle más turística de Gdansk, la calle Dugla.
Hemos entrado por la Puerta del Pan que es la que da al río y la hemos recorrido hasta la Puerta Verde. Es curiosa porque esta calle es la Dugla pero se une con el Dugli Targ (el mercado largo) para alargar aún más la calle. A lo largo de su recorrido puedes ver y fotografiar multitud de edificios gubernamentales, de las diferentes familias y gremios que habitaron la ciudad y tenían dinero para permitirse construir en la calle principal.
La casa de la corte de Arturo, la casa dorada y la de Neptuno, así como la torre del museo y todos los edificios preciosos que la componen.
¿Adivináis que casa era la que estaba detrás?
Esta calle fue completamente destruida en la Segunda Guerra Mundial y la pudieron reconstruir basándose en planos, fotografías y documentos que se pudieron conservar en los archivos de Gdansk.
En las fotos se puede apreciar el grado de destrucción.
También nos acercamos al mercado y al ayuntamiento. Como estábamos cansados nos paramos en una de las heladerías más famosas de Polonia, que se llaman Grykan y tienen unos deliciosos helados que elaboran con frutas e ingredientes seleccionados. Nos tomamos unos cucuruchos pequeños (de canela y de fresa) por 5 PLN (1 euro y poco).
Con andar cansino nos fuimos acercando al apartamento de nuevo para comprar algo en un supermercado que había cerca y preguntar cuánto le quedaba al nuestro. Tuvimos suerte y nada más asomarnos a la oficina un chico nos dijo que le acompañáramos y nos llevó a otro edificio que no era el que reservamos y cuando fuimos a firmar el contrato se dio cuenta de que no era el nuestro. Otra vez a dar vueltas, finalmente llegamos al nuestro y pudimos soltar maleta, mochilas y bolsas. Por fin pudimos descansar un rato para poder exprimir la ciudad y poder verla en condiciones.
Descansados y repuestos nos fuimos a la ribera del rió a fotografiar las diferentes puertas de Gdansk y la grúa más antigua que se conserva en Europa (también reconstruida).
De cerca impresiona bastante por los mecanismos internos y el tamaño que tiene. Enfrente hay una noria (parece que si no tienes una noria en tu ciudad, no eres nadie en el universo de las ciudades turísticas).
En el lateral de la grúa está la puerta de Santa María que os recomendamos que crucéis para pasear por una callecita llena de tiendas y puestos de ámbar. Esta calle termina en la Iglesia de Santa María. Después de haber descansado, hemos podido disfrutar del paseo aunque los pies me han seguido matando.
La calle Dluga está llena de grupos de turistas, porque Gdansk es una ciudad en la que suelen hacer escala cruceros.
Personalmente me ha llamado la atención que la mayoría de estos grupos estaban compuestos por personas mayores. Nos hemos encontrado con varios grupos de músicos callejeros y la verdad sonaban bastante bien.
Antes de salir del apartamento revisamos el parte meteorológico e indicaba que a las 17:00 iba a llover, así que nos hemos metido en una cafetería para que no nos pasara como en Varsovia. Pues no se equivocó lo más mínimo, cayó un chaparrón que hizo que la cafetería se llenase. Nosotros aprovechamos para comernos unos pastelitos porque no habíamos almorzado todavía. Con las energías renovadas y una vez paró de llover nos fuimos a la búsqueda del monumento a Solidaridad. Se trata de un trozo del muro de Berlín y otro trozo de un muro soviético que representan la libertad al romper esos muros.
Por la misma calle hacia abajo llegamos al puerto y vimos un monumento a los caídos por las revueltas de los astilleros de 1970. Los trabajadores del puerto de pusieron en huelga por la subida de impuestos a los alimentos y mataron a unos cuantos porque una huelga en un país comunista significaba jugarse la vida. De todos modos, sus muertes no fueron en vano, fueron el detonante del levantamiento contra la represión. El monumento son tres cruces enormes con inscripciones y anclas.
También se levantó otro monumento con los nombres y la edad de cada de los que murieron. Se te hiela la sangre al ver que había chavales de 15 y 17 años.
Al pasar por un centro comercial, Ismael insistió en que me comprara unas zapatillas nuevas porque todo el dolor y las ampollas que tenía me las causaban las que llevaba. Menos mal que le hice caso, por 120 PLN (30 euros) se solucionó el problema. Mis nuevas zapatillas me han dado la vida y casi no me dolían ya los pies en cuanto me las puse.
Volvimos al apartamento cruzando por el paso subterráneo que da un poco de miedo.
Y cenamos lo que habíamos comprado en el supermercado y descansar para aprovechar mañana el día completo.
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A mi Gdansk me sorprendió. Si digo la verdad no hubiera estado en nuestros planes de viaje por Polonia, pero daba la casualidad que el vuelo más barato salía de allí y lo elegimos como último destino del viaje y… no me arrepiento para nada, todo lo contrario, una ciudad muy chula que da para pasarse 2 o 3 días sin cansarse de visitarla.
Hola Ivan,
En la siguiente entrada escribiremos la verdadera razón por la que fuimos a Gdansk. A nosotros nos encantó por todo lo que hay para ver.
Saludos viajeros
Pues no tenía ni idea de que esta ciudad fuese tan bonita, la verdad es que por lo que veo, merece mucho la pena una visita de un par de días. Así que tomo buena nota para un futuro viaje a Polonia que espero que no tarde mucho en llegar. Gracias por el aporte 😉
Un abrazo
Carmen
Gracias por el comentario Carmen.
Gdansk tiene mucho que ofrecer al viajero, no te pierdas la siguiente entrada que os contaremos dos cosas muy interesantes que visitar muy cerca de la ciudad.
Saludos Viajeros
Nunca he estado en Polonia, pero por lo que he leído esta es una de las ciudades de obligada visita. Con este post, ya tengo al menos una referencia por dónde comenzar mi recorrido por Gdansk.