Anoche, ya sea porque estamos más acostumbrados ya sea porque hubo menos temporal o porque entramos en el fiordo de Trondheim pero descansamos de maravilla.
Después del desayuno salimos para visitar Trondheim.
Hoy es domingo y se ha notado muchísimo en la calle ya que todo estaba cerrado y no había ni un alma por la calle. De paseo tranquilos hemos llegado hasta la Catedral Nidarosdomen (o Catedral de Nidaros).
Es una imponente catedral de la Edad Media con un precioso jardín en el acceso. Ha sido curioso pasar por allí porque como no había nadie, tan sólo se escuchaba el sonido del viento en las ramas de los árboles y los cuervos graznar. Al entrar en la catedral da la impresión de que es más pequeña por dentro que por fuera (al contrario que la Tardis- un toque para nuestros lectores frikis ;P ). Estaban preparando alguna celebración porque estaban colocando miles de sillas por todo el interior. La verdad es que el interior luce como cualquier Catedral medieval, oscura y lúgubre. Justo al lado está el palacio del arzobispo que data del siglo XII y parece ser que es uno de los mejor conservados de su tipo.
Continuamos el paseo hasta el Palacio Real (Stilsgarden) que, al igual que el palacio del arzobispo, también estaba cerrado por lo que sólo pudimos fotografiar la fachada. Muy cerca de allí está la zona comercial pero todas las tiendas estaban cerradas y no había nadie por la calle así que resulta una zona bastante aburrida. Teníamos previsto visitar el Sveresborg que incluye una típica iglesia vikinga pero abre a las 12:00h y justo a esa hora es cuando zarpa nuestro barco así que ni nos acercamos.
Dando vueltas antes de volver a embarcar paseamos por el Bryggen de Trondheim que tiene mucho encanto.
Entrada al Bryggen con un puente.
Por esa zona empezamos a ver a eso de las 10:30h un poco más de movimiento de gente, parecía que la ciudad estaba empezando a desperezarse.
Vimos varias familias que se acercaban a la iglesia. Los niños y las mujeres vestidos con ropas tradicionales y los hombre con traje y corbata.
Entramos en una de las iglesias y en la entrada observamos que tenía una especie de cafetería. Después nos dimos cuenta de que era una iglesia para las personas sin techo. Allí puedes resguardarte del frío y puedes dormir en alguno de sus bancos además de poder tomar algo caliente. Una mujer nos indicó que podíamos encender una vela si queríamos porque eran gratis cedidas por Ikea. Nos ha gustado ver que en estas iglesias el espíritu de ayuda a los demás se mantiene y no sólo sirve para el postureo.
Saliendo de Trondheim pasamos cerca del faro de Kjeungskjaer con una luz espectacular.
Muy cerca de este edificio que está en medio de la nada, tuvimos que atravesar por la zona más estrecha de todo el viaje, casi que podíamos tocar con las manos las rocas de los laterales.
Gimnasio en el MV Vesteralen.
Por la tarde, ya en el barco, decidimos acercarnos a buscar el gimnasio para hacer un poco de deporte. Se trata de un camarote reformado en el que había algunas máquinas para hacer ejercicio y dos pantallas de televisión y un equipo para conectar el Ipod o el móvil. No está nada mal para ser tan pequeño. Echamos un rato de ejercicio hasta que el barco salió a alta mar y comenzó a tambalearse demasiado.
Como se me quedó muy mal cuerpo después de esto, no fui a la cena. Una pena porque según me comentó Ismael estuvo exquisita.
Ipaelo dice:
“Mari Carmen se perdió un salmón noruego con unas patatitas rojas que estaba espectacular.”
Después mejoré un poco y salimos a ver si teníamos suerte y veíamos la Aurora Boreal aunque no pudo ser. En el Panoramic Room estuvimos charlando distendidamente con el camarero que resultó ser de Fuengirola ¡qué pequeño es el mundo!.
Si queréis ver más fotos del viaje a Noruega. Están en este album de Flickr.
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